lunes, 11 de julio de 2016

Todos corremos por algo.

Siempre corriendo. A la parada de autobús. Al punto de encuentro. A cualquier lugar, en cualquier momento. Corriendo para que no se nos adelante nadie, corriendo para llegar en primer lugar. Porque siempre tenemos que ser los primeros. En todo. No se te ocurra pensar por un solo instante lo contrario. 

Aprieta el paso. Más rápido. Hasta que duela. No pares. Pararse suele ser sinónimo de pensar. Y el pensamiento da lugar a que te replantees las cosas. 

Tal vez, si te paras, si no corres, te des cuenta de que no quieres llegar allí a donde te están llevando tus pasos en este preciso momento. 

Quizás, si te paras, no quieras correr más. 

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