Vivir una vida imaginaria
resulta tan fácil que puede resultar incluso peligroso. Podemos
condensar años de vivencias jamás ocurridas en unos minutos antes
de dormir o mirando por la ventana. En este poco rato podemos llegar
a ser una versión más madura de nosotros mismos, con una casa con
vistas a la playa por la que por supuesto caminamos de la mano de
nuestra amada todas las tardes. En esta realidad inventada nunca hay
discusiones ni fracaso, y la salud siempre es abundante para todos
nuestros seres queridos y para nosotros mismos. Todo es tan bonito
que cuando salimos de nuestro ensimismamiento, la realidad se nos
antoja de un gris insoportable.
Me ha encantado. Sobre todo la conclusión final.
ResponderEliminarSimplemente la realidad a la que muchos de nosotros nos enfrentamos día a día.
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