<<Las personas cambian>>
Aquella frase siempre había aleteado a su alrededor como una mosca molesta en un día de verano al sol. Aquella frase la había oído y leído en infinidad de ocasiones, pero no le dio importancia hasta que realmente la vivió en sus carnes. Ahora no tenía duda: La gente cambiaba, y desgraciadamente, en la mayoría de las ocasiones que lo había vivido, la gente hacía su metamorfosis hacía el extremo que le desagradaba.
No importaba la persona, si era alta o baja, fuerte o débil, si le abundaba la simpatía o era una persona hermética; todas las personas terminaban por dejar de ser ellas mismas, hasta la gente más cercana y la que deseas que no cambie nunca. El problema tal vez resida en que hasta nosotros mismos cambiamos sin darnos cuenta. Y lo peor que se puede hacer es cerrar los ojos a los cambios, tanto a los propios como a los de los demás. Si no nos percatamos de las personas que somos, nunca hallaremos la la verdadera felicidad, pro que estaremos siguiendo la sombra de un fantasma. Y si no queremos aceptar que la gente cambia, más pronto que tarde nos darán un golpe en las costillas que nos robará el aliento.
Las personas cambian, y no hay nada que se pueda hacer para remediarlo. Nada más que aceptarlo.
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