Hace mucho que no te dedico ninguna entrada. No lo sé, tal vez esto se ha enfriado, ha entrado en su eterno letargo. Sé que te sigo queriendo, de ello no hay duda, y hay cosas que haces que hace que me hierva la sangre. Por más que intento desviar la mirada, no lo consigo, y cuando estas cerca, soy aún más torpe que nunca. Tal vez todo se reduzca a mi intento de alejarme, de mantenerme al margen, de conseguir la frialdad que me falta.
Me has dejado claro infinitas veces tu infinita indiferencia. y eso es lo que me duele, la indiferencia. Dios, ódiame, ámame, siente lo que quieras sentir, todo menos la indiferencia. Es demasiado punzante para mi, y no te das ni cuenta.
Intento callarme, pensar, controlarme ... y AHAWHOÑ, me cuesta muchísimo, pero aunque me cueste lo consigo.
Estoy diciendo cosas demasiado incoherentes, lo se, y se que cualquier persona que lea esto va a mirarme aún más raro, y que tu, una vez más, no lo leerás. Lo se.
Bueno, considera esto tú última entrada, por lo menos por el momento. Sé que volverás, siempre lo haces, te amo demasiado para no pensar en ti, pero intentaré controlarme, por los dos.
Me gustaría tanto poder hablarte, poder sentirte, daría lo que fuera por un simple abrazo, joder. Me siento demasiado humillado, pero no consigo dejar de arrastrarme por ti. No me debes nada, yo a ti tampoco. Lo sé, lo comprendo y lo respeto.
En fin, una entrada sin sentido, que no pensé que fuese así. Una entrada, que ojalá sea la última que te dedique en mucho tiempo. Hay demasiadas personas punzantes para mi, y prefiero que si alguien me tiene que dañar, no seas tu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario