Cuando nos conocimos
me dijiste
medio en broma,
medio en serio
que no entendías
mis lunas.
Yo te respondí
que algún día
las comprenderías
y que aprenderías
a interpretarlas,
que en el fondo
soy más simple
de lo que parezco.
Hoy tanto tiempo después
encuentro un mensaje
en el que me dices
que has resuelto mi misterio.
Es una lástima
que hayas tardado tanto,
que haya sufrido tanto,
que te haya querido tanto,
tanto que no haya podido
soportar ni un minuto más tus miradas.
Es toda una ironía que
ahora que emprendo el camino
me llames desde la línea de salida,
sembrando la duda
de si sigo o me vuelvo.
Nunca fui valiente contigo,
no conseguí mantener
la máscara en su sitio,
el corazón ordenado
la mente serena.
Fuiste un huracán
que me agitó hasta
hacerme vomitar,
letras y más letras
todas ellas sin sentido
sin rima, sin métrica,
una pobre metáfora
sobre mi vida,
esa en la que no estás,
en la que solo hay letras
y el enigma de las lunas
que has empezado a comprender
pero demasiado tarde
para un nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario