sábado, 25 de febrero de 2017

Enséñame el mundo con los labios.

He perdido la cabeza. 

No encuentro otra explicación a esto que me está pasando. 

Nunca he podido presumir de estar especialmente cuerdo, pero nunca había cruzado los umbrales a los que me he tirado de cabeza. 

Siguiéndote.

Siempre siguiéndote. 

En esta carrera frenética, a través de paisajes distintos, de épocas pasadas. 

Corro, te extraño, y sigo corriendo en tu dirección. 

Por el camino he perdido los oídos. 

La realidad ya no llega a mi cabeza con la misma claridad que antes. 

Un antes que bien pueden ser unos meses o bien varios años. 

He dejado atrás la noción del tiempo con las prisas. 

¿Dónde te escondes? ¿Ves desde allí mi cordura? 

No confío en los ojos. 

La realidad está tejida entre mentiras. 

Solo me queda el tacto. 

Por favor, bésame. 

Enséñame el mundo con los labios. 

Que no escucho y no quiero ver. 

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