Andaba por la calle absorto en mis pensamientos, la gente, con las miradas perdidas, andaban por la acera hacia el lugar al que se dirijian, si es que en realidad, sus pasos le conducían a algún lado. Me hacia gracia pensar, que cada persona, tenia una vida, unos amigos, unas creencias, unos pensamientos . . . que cada persona era un mundo. Un mundo completamente diferente.
A esas personas, con su vidas y sus pensamientos, posiblemente, jamas en la vida te las volverías a cruzar, o quizá, ya lo has hecho. O quizá, sea en un futuro no muy lejano tu mejor amigo, tu nuevo vecino, o tal vez tu nuevo cuñado. Por eso, siempre he pensado que es conveniente tratar con cortesía a las personas, por que, las casualidades existen. ¿O tal vez no?
Fue con esos pensamientos en mente, cuando la vi. Vestía de blanco, completamente. Su piel, blanca como la ropa que llevava, y sus ojos, grises como el acero . . . o como el humo. Ella entera, me recordaba al humo, y no supe ubicar por que.
Algo en ella, me hacia sentirme insignificante, como si estuviese envuelta en un halo mágico, místico, divino ...
Por un instante, cruzó la vista conmigo, sin cambiar su expresión fría, si esque había frialdad, porque, no mostraba nada, era como si fuese hueca.
Cuando nuestros ojos se cruzaron, quede paralizado, como si sintiese miedo. Pero . . . una parte de mi . . . una parte de mi la deseaba. Una parte de mi, era atraída violentamente hacia ella. Era magnético. Pero, por un instante, vi una sombra en sus ojos vacíos. No me gusto. Fue una sombra de maldad, de deseo.
Note como una parte de mi se oscurecía, como si una sombra se instalase en mi alma.
Era incapaz de apartar la vista de ella, me atraía como un imán. Con un gran esfuerzo, pude cerrar los ojos, un momento. Durante ese instante, escuche mi respiración agitada, y como mi frente se humedecía de sudor frio. Cuando abrí los ojos, ella no estaba allí. gire sobre mi mismo, libre de la parálisis que la joven chica de pelo castaño me había hecho sufrir. No estaba, tan solo vi personas ajenas a lo que acababa de vivir. Ella, había desaparecido. Como un fantasma, como el humo . . .
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